Tenía yo ganas de comer sardinas después de haberlas visto en el mercado hace unos días.
Así que en la próxima ocasión que las vi compre doce,
eran granditas y pensé 3 para cada uno.
Me venía a la memoria el sabor de sardinas en escabeche que hacía mi abuela.
Mi Yaya en Barcelona cuando yo era muy pequeña.
Son memoria de sabores que le digo yo.
Como el de la Coca, es dulce típico catalán con sus piñoncitos hummmmm.
¡Sabores de mi infancia!
Yo soy muy de pescado, me encanta.
No me importan las espinas,
lo como con las manos si hace falta.
Pero en casa....
¡No todos piensan igual!
Sobre todo mi Pepe jejejeje
Se me arruga todito y pone una cara de asco.
jajajajaja
Hasta el olor le molesta, porque dice que huele fuerte.
En realidad lo que le pone malo es tanta espina.
Y siempre dice:
-¿Y porque tiene que tener espinas?
Y yo le digo:
-¿Y tu no tiene huesos?
-No empieces como mi madre,
que de niño me decía que todos necesitamos tener esqueleto
Y yo me parto de la risa
jajajajaja
No sabía como prepararlas,
al final les hice un mejunje por la noche
y las dejé hasta el día siguiente para que pillaran saborcillo.
INGREDIENTES
Aceite de oliva.
Hojas de laurel.
Vinagre de modena.
Ajos majados.
Sal.
Comino en polvo.
Y con ese mismo mejunje las metí en el horno.
Precalentado a 200º.
Lo bajé a 150º para que se hicieran lentas y jugosas.
Las tapé con papel de aluminio y controlé como iban quedado.
El tiempo dependerá de vuestro horno, más o menos 1/2 hora.
Los últimos 5 mtos. lo destapé y lo subí a 180º
Para acompañarlas: verdurita al vapor que es muy sana.
Al final fui la única que se comió sus tres sardinas.
¡Quedaron muy sabrosas con ese toque de laurel!
Pepe lucho a muerte con una y media y le venció la otra media.
Jajaja
Con un definitivo:
¡¡¡¡Ya no quiero más!!!
Mi madre se comió dos.
A ella le gustan pero no podía más.
Lilian estaba de acampada en la playa,
pero le guardé la suyas y se comió dos también.
Lo más gracioso es que llegó con 3 piezas de pescado por limpiar que pescaron.
Y le dice tan contenta y se las pone en las narices a Pepe:
-¡Mira Papá!
-Aggggggggg quita.
Y puso una cara de asco que nos morimos de la risa.
-Tu padre ya tuvo bastante con las sardinas hija.
_ ¿Si Papá? jajajajaja, que bueno.
Las sardinas que sobraron se las comió el gato del vecino.
¡Pero reírnos..... nos reímos un rato!
2 comentarios:
me encantan las sardinas asi,aunque hago poco porque a mi marido la olor que hacen tan fuerte le molesta jajajaj un beso
que buenas
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